Es en sus profundas contradicciones donde radica la fascinación por el período barroco: nace la ciencia moderna y se reafirma el racionalismo filosófico, pero al mismo tiempo, se recrudece la caza de brujas, y predomina la intolerancia religiosa; se defiende el origen divino del poder soberano, mientras cae la cabeza del rey de Inglaterra. Durante el período tratado en EL HOMBRE BARROCO, novedad y tradición conviven de forma inseparable.
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