Este libro es un homenaje a los soberbios ejemplos de la obra del Greco conservados en Estados Unidos. El estilo tan personal del artista tenía un aire de modernidad que atraía a los coleccionistas de aquel país, gracias a lo cual los museos americanos poseen muchos de los mejores Grecos que hay fuera de España. Once especialistas abordan el estudio de coleccionistas particulares como Arabella Huntington, Louisine Havemeyer, Henry Clay Frick, Peter Widener y Duncan Phillips, pero analizan también el impacto de las exposiciones en las que pudieron verse obras del cretense y el papel que desempeñaron artistas-asesores como Mary Cassatt y Roger Fry.