El gobierno de los vivos es un curso fundamental dentro del magisterio de Foucault. Impartido en el Collège de France en el primer trimestre de 1980, en él Michel Foucault continúa con la historia de los «regímenes de verdad» que atraviesa todos sus cursos, con una inflexión importante: comenzado en el campo de lo jurídico y lo judicial, la exploración continúa en el campo político, en los informes temáticos de poder-saber y de gubernamentalidad. Aquí se investiga, pues, en el campo de las prácticas y de las técnicas del yo, campo de la ética que Foucault nunca abandonó. «¿Cómo es que en la cultura occidental cristiana, el gobierno de los hombres demanda de parte de los dirigidos, además de los actos de obediencia y sumisión, actos de verdad que tienen la particularidad de que no solo se exige al sujeto que diga la verdad, sino que la diga acerca de sí mismo», se pregunta Foucault. Esta propuesta le conduce a una relectura del Edipo Rey de Sófocles y al análisis de los «actos de verdad» propios del cristianismo primitivo, a través de las prácticas del bautismo, la penitencia y el control de la conciencia. Michel Foucault opta por centrarse en los actos por los cuales el creyente se ve obligado a manifestar la verdad de lo que es él mismo, en tanto que ser infinitamente falible. La expresión pública de su condición de pecador, en el ritual de la penitencia y en la verbalización puntual y minuciosa de sus pensamientos más íntimos en el examen de conciencia, es la organización de una economía pastoral centrada en la confesión que vemos emerger. El gobierno de los vivos es la primera de las investigaciones, no publicadas, en la que Michel Foucault se adentrará en el campo de la ética, y la que luego seguirán los cursos del Collège de France y los últimos volúmenes de la Historia de la sexualidad.