Dos son los ejes que centran el trabajo histórico y teórico de Giampiero Moretti: la consideración del genio como una entidad autónoma, personalidad demoníaco-divina cuya existencia sobrepasa misteriosamente los límites de lo puramente humano; en segundo lugar, el genio en tanto que posee un don-talento innato en el hombre, y en alguna medida «poseído» por él, del que se sirve aunque ignore su fundamento. La relación entre estas dos dimensiones, su entrecruzarse recíproco en la historia de Occidente en cuanto historia de la afirmación de la subjetividad, guían el recorrido de su estudio. Moretti estudia la condición del genio de modo original y minucioso en el ámbito de la relación existente entre el poeta y el artista con la naturaleza. Surgen aquí las principales preguntas y los problemas más complejos, pues el genio afirma su condición subjetiva, su «fuerza», su excepcionalidad y prescinde de las reglas que habitual y clásicamente se aplican a la representación-imitación de la naturaleza. El genio sustituye la verdad conceptual de las reglas por el poder creador de la imaginación y la fantasía, de tal modo que, como dice Kant, es él mismo naturaleza, no un simple intérprete. Moretti analiza la historia de esta tensión en la Antigüedad y en el Renacimiento, pero son sobre todo sus estudios sobre el dieciocho europeo, el Romanticismo y la Modernidad los que proporcionan mayor actualidad a este libro.