Este libro nos introduce en la escenificación plástica de una idea, la del fin del mundo, que ocupa el escenario a través de sucesivas encarnaciones en las que se combinan hechos históricos y personajes de ficción. Rafael Argullol ha escogido siete «protagonistas»: Prometeo, el héroe de Esquilo, y, con él, el mundo de la tragedia griega; el Apocalipsis de san Juan; el Juicio Final de Miguel Ángel; Fausto como símbolo que escapa del dominio de Goethe; El ocaso de los dioses y la escenografía wagneriana; Hitler, en su sueño de arquitecto; el Hongo Nuclear, como icono maldito de nuestra época, visto desde la perspectiva del físico Oppenheimer. Texto de lectura plural, El fin del mundo como obra de arte es simultáneamente un trayecto narrativo y una introspección filosófica.