Libro póstumo de microrrelatos de Javier Tomeo con prólogo de Daniel Gascón, epílogo de Ismael Grasa y un apéndice de Antón Castro. Tengo una retina especial, un juego de espejos cóncavos y convexos, la realidad me entra por los ojos, la veo, la capto, me penetra, la siento y la devuelvo deformada en las cuartillas. La literatura puede ser una forma de protestar contra una situación. Primero llegan los poetas y luego los que luchan con las manos. Siempre ha sido así. Los monstruos son difíciles ejercicios de amor. [...] Yo no he superado a los monstruos, el monstruo es una metáfora, es una vía de perfeccionamiento interior, está ahí para que aprendamos a amarlo. Los animales te permiten conocer mejor el instinto de los hombres [...]; te ayudan a acceder al ser humano. A los microcuentos de esta edición les acompañan los textos escritos por tres de sus mayores conocedores: un prólogo de Daniel Gascón, un epílogo de Ismael Grasa y un apéndice, a modo de diccionario, redactado por Antón Castro, que recoge los términos más frecuentes del universo de Javier Tomeo.