He aquí un libro innovador que aborda de manera realmente original algunas de las tensiones que actúan en los niveles más profundos de nuestra sociedad: el verdadero espacio del racismo. En este sentido, su estrategia está muy clara: mostrar en primer lugar, y a partir de una erudita documentación, la evolución de los enfoques que -desde hace más de un siglo- están siendo elaborados en el mundo entero para pensar el racismo, y poner luego al descubierto los procesos que facilitan su extensión, en especial la falta de estructuración política o social y el reflejo de la identidad comunitaria. A través del estudio de los prejuicios, la discriminación, la segregación y la violencia -que constituye la parte central del libro-, el autor se pregunta cuál es el origen del racismo y por qué, en la actualidad, los buenos sentimientos y los juicios tajantes no están en condiciones de reemplazar al análisis. Es decir, por qué la apuesta no consiste en explicar, directa o indirectamente, la ola racista que amenaza a Europa, sino en construir los instrumentos necesarios para la comprensión de este tipo de fenómenos. A partir de ahí, con el distanciamiento y la reflexión necesarios, Wieviorka construye un libro en el que se propone un marco teórico coherente que permite conocer más a fondo los procesos que posibilitan la extensión del racismo en sociedades como la nuestra. Un libro que -a través de una concentrada serie de hipótesis y de razonamientos- empieza siendo un informe y acaba constituyendo un documento estremecedor: no sólo la objetiva constatación de un fenómeno que parece amenazar cada vez más a las democracias occidentales, sino también la investigación de sus características y de sus raíces, de su aparente multiplicidad y su unidad final. El reflejo, en fin, de uno de los fenómenos más preocupantes de este fin de siglo analizado en toda su complejidad.