Recupera algunos de los elementos menos estudiados y reconocidos en el ensayo latinoamericano: su profunda vocación de reflexión, diálogo y mediación intelectual; su plasticidad y apertura a la búsqueda del sentido; su vínculo con la sociabilidad, la conversación y la generación de un espacio simbólico de encuentro; su capacidad de establecer una nueva retroalimentación entre lectura y escritura.