Hans Khevenhüller nació en Spital (Carintia) en 1538 y murió en Madrid en 1606, ostentando el cargo de Embajador Imperial. Sus restos reposaron en los Jerónimos. A raíz del empeño del doctor Alfredo Alvar por traducir el Breve extracto de algunos escritos familiares recogidos por Hans Khevenhüller y, sobre todo, su propia autobiografía (traducciones de Mónica Sainz Meister e Ingrid Cáceres Würsign), se nos alumbra el apasionante mundo de las relaciones diplomáticas de las dos ramas de la Casa de Austria y los avatares del día a día de nuestro protagonista, desde antes de ser orator ante Felipe II hasta más allá de su muerte, con el estudio de su pinacoteca y su biblioteca, por ejemplo. El Breve extracto es una excusa para ir más allá: se han estudiado por primera vez todos los envíos culturales entre Madrid y Viena/Praga desde los años 70 del siglo XVI en adelante; se han leído con profundidad los epistolarios de todos los embajadores de los Reyes Católicos (Felipe II y II) y los Emperadores, o incluso se han diseccionado los escritos diplomáticos españoles mandados y recibidos en Roma y Viena/Praga. La Europa de las cartas encriptadas y abiertas queda al descubierto y sus rutas, instrucciones y secretos desvelados. Igualmente, la fama y gloria de Hans fue ensalzada por su sobrino, también embajador, que se convierte en objeto de estudio de este libro, así como las estrategias familiares que conoció para sobrevivir en la Guerra de los Treinta Años, o la continuidad del apellido en la literatura e incluso el cine del siglo XX, entre otras cosas. Fruto de esta inmensa labor científica es el descubrimiento de algunos manuscritos de capital importancia y hasta ahora olvidados, así como la constante lección de método histórico que nos ofrece el profesor Alfredo Alvar.