Hace treinta años Historia se podía escribir aún con mayúscula y en singular, pero la mayúscula se fue achicando y surgieron microhistorias, historias postcoloniales, historias de víctimas, historia de los conceptos… Pero, más allá de la variedad de los hechos pretéritos estudiados y del cambio en las perspectivas de análisis o en la relación con el tiempo, ¿qué es y cómo se define la narración histórica de los hechos: el discurso histórico? En cuanto discurso específico deberá obedecer a reglas propias que lo diferencien de otros. Así, al intentar descubrir su especificidad, parece inevitable oponerlo al texto de ficción. Aquél quizá posea una vocación de contar lo verdadero que éste, por definición, no tiene.