Jesús de Nazaret es el hombre-Dios siempre nuevo y por redescubrir, siempre escapándose de nuestros esquemas reduccionistas, que tratan de hacerlo compatible con la ideología de moda y con el proyecto utópico que nos gustaría imponer a nuestro alrededor. Rompiendo todas y cada una de las imágenes que nos hemos hecho de Dios, Jesús de Nazaret urge al hombre de nuestro tiempo a revisar desde las páginas del evangelio los grandes temas que constituyen nuestra vida y nuestra creencia: la libertad, el amor, la obediencia, la autoridad, la justicia, el diálogo? Él, y sólo él, hace nuevas todas las cosas.