En la guerra desatada por la hegemonía mundial de la moneda, nuestro país, no es más que la víctima propiciatoria de una estrategia global orquestada por los grandes bancos de los EEUU que tienen en las agencias de calificación de riesgo, sus auténticos perros guardianes de la City y Wall Street. De otro lado, Alemania ha sido incapaz de actuar con la diligencia que requerían los hechos, de forma que está totalmente superada por los acontecimientos y sin capacidad de respuesta. El Euro se ha convertido en parte del problema, pues se ha transformado en un arma al servicio de la economía más poderosa de la zona exclusivamente. Nuestro país debe de buscar soluciones específicas y particulares, pues no es admisible el sostener a cinco millones de parados. La fiscalidad al igual que la economía de cada país es de una madre diferente, y por tanto no es admisible aceptar una misma estrategia para países con muy diferentes problemas. Por tanto el ?DIKTAK? alemán, no sirve a los problemas que enfrenta nuestra economía. Salir de la Zona Euro, y volver a nuestra vieja peseta, nos llevaría a ser parte de la solución, tanto para la Zona Euro, que respiraría más aliviada, como por supuesto para nosotros, por lo que tendría de inmediato efecto en la recuperación económica.