¿Cuáles son las razones de la crisis económica planetaria? ¿Su origen está en la industria o en las finanzas? ¿Cuánto han incidido los comportamientos irresponsables de las oligarquías económicas y financieras? ¿Es justo invocar una regulación externa, política, de unas empresas y unos mercados que han fracasado en sus tareas? ¿Está reapareciendo un capitalismo de Estado? ¿El papel de motor de la economía mundial de Estados Unidos está realmente agotado? Al responder las preguntas que en estos días todos nos planteamos, el economista Giulio Sapelli señala las causas próximas y los efectos de largo plazo, llamando la atención sobre las soluciones neoproteccionistas y resaltando, sin concesiones populistas, la necesidad de una nueva ética de la competencia. Dado que en los últimos veinte años la colosal y progresiva transferencia de riqueza desde la ganancia hacia la renta financiera ha provocado una gravísima distorsión de la economía a escala planetaria, es preciso recomenzar a partir del reequilibrio entre ahorro e inversión. Solo el riesgo empresarial, productor de innovación en el interior de un mercado global autorregulado, puede devolver el aliento a una economía hasta ahora expuesta dramáticamente a una concepción distinta del riesgo: la temeridad de quien ha operado con ingentes capitales para hacer crecer el valor de sus propias stock options, determinando alzas irracionales de las Bolsas y vendiendo las mismas deudas a través de vehículos financieros carentes de transparencia. La lucha contra la corrupción y la implantación en la práctica capitalista de un nuevo modelo de riesgo son hoy medidas imprescindibles si queremos superar el actual crack económico.