El corazón del camino. Ver al Buda en el maestro En el camino vajrayana aumenta la importancia del guru en gran medida, ya que es el maestro cualificado quien, confiriendo el linaje ininterrumpido de iniciaciones que se remonta hasta el propio Buda, abre la puerta a la vía de los seres iluminados y nos ayuda a comprender la verdadera naturaleza de la mente. Sakya Trizin Rimpoché en el Prólogo La meditación de la devoción al guru es una de las más esenciales en la vía del vajrayana o tantra. Se trata de enseñanzas especialmente sensibles, toda vez que el maestro debe enfocarnos hacia su propia importancia como pieza clave del desarrollo del discípulo, razón por la cual son pocos los maestros que se prodigan en su explicación y pocas las circunstancias en las que se puede hablar de ellas abierta y extensamente. Lama Zopa las ofrece al desnudo en este amplísimo libro, con un comentario de varios textos clásicos que suponen un repertorio completo de las instrucciones procedentes de las distintas tradiciones tibetanas. El corazón del camino nos expone que la devoción al guru es la puerta de acceso por la que el néctar de las bendiciones del maestro nos impregna, condición de ingreso sin la cual es muy difícil que generemos los logros de la vía a la Iluminación. De mismo modo que hace falta agua para que crezca una semilla, la mente precisa de las bendiciones para desarrollarse, pues sin ellas es como un desierto yermo donde nada puede arraigar: no importa cuánto meditemos, ni lo mucho que nos esforcemos, sin devoción al guru nada florecerá. Sin embargo, con la práctica devocional correcta, en la que adiestramos nuestra capacidad de ver al buda en el maestro, es decir, aprendemos a considerarle como inseparable del Buda o de la propia deidad de meditación, su inspiración y su gracia se abren paso en nuestro corazón y todos los logros espirituales resultan al alcance de la mano. Éste es en verdad el comienzo del camino vajrayana para la transformación completa de un ser ordinario en un ser despierto. Lama Thubten Zopa Rimpoché (Thami, 1945). A los tres años fue reconocido como la reencarnación del lama de Lawudo. De 1956 a 1959 estudió en el Monasterio de Domo, en Tíbet. Después escapó a la opresión china en Tíbet y continuó con el estudio y la práctica en campos de refugiados tibetanos en India, donde se encontró con Lama Yeshe (1935-1984), quien se convirtió en su maestro principal. En 1969, ambos lamas empezaron a enseñar budismo a occidentales en su Monasterio de Kopan, Nepal, y en 1974 comenzaron a viajar por el mundo para extender el darma. En 1975 fundaron la FPMT, una organización internacional budista que cuenta, actualmente, con más de 160 centros y actividades relacionadas en unos treinta países. extracto del primer capítulo http://issuu.com/edicionesdharma/docs/el_coraz__n_del_camino/1