A mediados del siglo XIX la fábrica de cigarros de Gijón se estableció en el inmueble que había ocupado hasta entonces la comunidad de agustinas recoletas de la villa. El convento del Santísimo Sacramento y Purísima Concepción de Nuestra Señora había sido fundado en la segunda mitad del siglo XVII por iniciativa de la madre María de Santo Tomé (1600-1669) y fue suprimido por la desamortización liberal. La instalación de la factoría de tabacos en el edificio desamortizado supuso una transformación radical del conjunto para adaptarlo a su nuevo uso, que acarreó la ocultación, la desfiguración o la destrucción de las huellas de su origen religioso. No obstante, el reciente cese de actividades de la fábrica (2002) y la necesidad de intervenir en el edificio para instalar en él un equipamiento cultural han permitido el redescubrimiento de algunos espacios del antiguo convento, como su interesantísimo templo, que facilitan la interpretación histórica del conjunto arquitectónico agustino. Este revela la continuidad de la propuesta formal y estructural instaurada por el clasicismo a principios del siglo XVII, que se mostró especialmente adecuada para los conventos de comunidades modestas como las agustinas recoletas de Gijón, cuyo estudio se aborda en el presente libro.