Durante más de cuatro décadas la ciencia y la medicina tradicionales defendieron la inmutabilidad como característica propia de la anatomía del cerebro. La idea más extendida era que el entendimiento humano sólo se modificaba en la niñez y tras ésta únicamente cambiaba para iniciar un proceso de deterioro. Hoy día los avances en el campo de la neurociencia y la observación de pacientes con lesiones cerebrales irreparables —además del interés de personas anónimas por mejorar la calidad de sus mentes— evidencian lo contrario y demuestran que un cerebro dañado puede reorganizarse si alguna de sus partes deja de funcionar, y cambiar su estructura y función a través de la actividad y el pensamiento. El psiquiatra e investigador Norman Doidge nos descubre una vía de estudio científico que podría pertenecer al territorio de la fantasía y a través de casos clínicos reales, llenos de ternura y superación, nos acerca a las teorías más innovadoras y revolucionarias de la neuroplasticidad. El cerebro se cambia a sí mismo es un esperanzador retrato de la incalculable permeabilidad del cerebro humano. «Lúcida y absolutamente fascinante. Un encantadora serie de testimonios reales», The Chicago Tribune