"El Cementerio de los Ingleses" es, de alguna manera, la devolución de la visita que nos hicieron en su día los viajeros románticos europeos, los británicos particularmente. Tanta novedad y exotismo como éstos hallaron en la España de los siglos XVIII y XIX, y aun del XX, encontrará el lector de éste libro que narra no tanto la historia del Cementerio Inglés de Málaga, el primer camposanto protestante de nuestro país, como las vidas enteramente vividas de cuantos reposan en él, piezas únicas e irrepetibles que componen el mosaico fascinante de las colonias extranjeras en el Sur de España, así como de los transeúntes, escritores, prófugos, marinos, náufragos, misioneros, apátridas, espías, turistas, actrices, comerciantes, que vinieron a dormir el sueño eterno en el bello cementerio, jardín botánico en realidad, que sobrevive frente al mar en la ladera del monte Gibralfaro. Rafael Torres centra en éste libro sus pesquisas y su capacidad del interpretar el pasado en un escenario cosmopolita y rebosante de historia, es decir, de vida: el Cementerio Protestante de Málaga. No hay en él grandes monumentos funerarios, ni demasiadas celebridades, pero sí noticia cierta, y en buena parte desconocida u olvidada, de dos siglos de revoluciones, de guerras, de progreso, de epidemias, de comercio, de viajes y de aventuras en el confín de Europa que tantas criaturas buscaron para vivir y morir.
"El Cementerio de los Ingleses" es, de alguna manera, la devolución de la visita que nos hicieron en su día los viajeros románticos europeos, los británicos particularmente. Tanta novedad y exotismo como éstos hallaron en la España de los siglos XVIII y XIX, y aun del XX, encontrará el lector de éste libro que narra no tanto la historia del Cementerio Inglés de Málaga, el primer camposanto protestante de nuestro país, como las vidas enteramente vividas de cuantos reposan en él, piezas únicas e irrepetibles que componen el mosaico fascinante de las colonias extranjeras en el Sur de España, así como de los transeúntes, escritores, prófugos, marinos, náufragos, misioneros, apátridas, espías, turistas, actrices, comerciantes, que vinieron a dormir el sueño eterno en el bello cementerio, jardín botánico en realidad, que sobrevive frente al mar en la ladera del monte Gibralfaro. Rafael Torres centra en éste libro sus pesquisas y su capacidad del interpretar el pasado en un escenario cosmopolita y rebosante de historia, es decir, de vida: el Cementerio Protestante de Málaga. No hay en él grandes monumentos funerarios, ni demasiadas celebridades, pero sí noticia cierta, y en buena parte desconocida u olvidada, de dos siglos de revoluciones, de guerras, de progreso, de epidemias, de comercio, de viajes y de aventuras en el confín de Europa que tantas criaturas buscaron para vivir y morir.