A lo largo de la historia, ha sucedido varias veces que una mujer envenene a su esposo. A menudo no faltan razones para ello. No obstante, cuando en 1840 Marie Capelle es acusada de haber envenenado con arsénico a Charles Pouch-Lafarge, su marido, Francia se divide en dos: por un lado, los que no dudan de su inocencia, y por otro, los que están convencidos de su culpa. Los periódicos multiplican las ediciones extraordinarias para que sus lectores puedan vivir casi en directo el proceso que se lleva a cabo en Tulle, una pequeña ciudad que, durante unos días, se convierte en el corazón de Francia.Alejandro Dumas, con su aguda mirada y su pluma magistral, elabora la crónica de este caso que conmocionó al país, un ejercicio literario que demuestra los múltiples registros de este gran escritor.El caso de la viuda Lafarge nunca llegó a publicarse en un volumen, únicamente apareció por entregas en el folletín Le Mousquetaire en 1866. Se trata, pues, de una obra inédita, en la que nos reencontramos con toda la energía y la elocuencia de Dumas.