Con el advenimiento del reinado de Luis XIV en la Fiesta Barroca surgió la denominación del Carrusel, un término que escondía amplias connotaciones, simbólicas, emblemáticas y artísticas enraizadas en la tradición caballeresca, constituyendo una formula protocolaria esencial en la celebración cortesana, además de instrumento doctrinario institucionalizado a través del privilegiado cauce de las Artes Escénicas. Dicho elemento, sin embargo, no ha suscitado la atracción de los análisis historiográficos, ni la semiótica del vocablo, ni el personaje a quien se le atribuye su argumentación iconográfica e iconológica y uno de los mayores conocedores de la lúdica áulica francesa, Claude François Menèstrier, a quien, además, se le deben diversos tratados recopilatorios sobre la materia, que son el propósito de este trabajo, dentro de una empresa más amplia de integración artística en el marco de la Historia del Espectáculo.