Todos los gatos vuelan. Pero Caramba no sabía volar. Su mejor amiga Portia tampoco, pero ella era una cerda, y las cerdas no vuelan, claro. Caramba no deseaba otra cosa en la vida: quería volar como sus primos y amigos. Como todos los gatos
y en su afán por ser igual que los demás, Caramba va a descubrir su verdadera y especial habilidad.