Esta novela recrea con rigor histórico la peripecia de la vida de Ignacio y, además, nos acerca a la apasionante época del Siglo de Oro y sus contemporáneos. Todo ello permite al lector comprender la juventud turbulenta, el proceso interior, el entorno cultural y la espiritualidad del joven Loyola, que dejará su marcada impronta en la orden de los jesuitas.