«La vida del Buscón» se sitúa en la línea de la novela picaresca, iniciada en 1554 con la publicación de la anónima «Lazarillo de Tormes». Hay que situar «El Buscón», dentro de lo que se considera segunda etapa del género picaresco. La singularidad de la obra frente a los rasgos esenciales de pertenencia al género se basa en los rasgos siguientes: El protagonista no sirve a varios amos, el final abierto de la narración o la incoherencia formal del punto de vista autobiográfico.