Al comparar la nuestra con otras sociedades, historiadores económicos y antropólogos como Karl Polanyi o Louis Dumont han destacado que la aparición de los dos elementos peculiares de la ideología moderna —el individuo como valor y la economía como esfera autónoma— establecen una discontinuidad radical no solo con las culturas estudiadas tradicionalmente por los antropólogos, sino también con la forma en que los pensadores clásicos se habían representado la organización institucional de sus sociedades. El bosque de las Gracias y sus pasatiempos. Raíces de la antropología económica plantea como primer problema en qué consistieron esas innovaciones occidentales y si son aplicables a otros pueblos. Existe una tensión entre el etnocentrismo de una categoría como la económica, que reproduce la ideología de nuestra sociedad, y las rupturas antropológicas que supusieron las obras y los enfoques pioneros del Ensayo sobre el don de Marcel Mauss y La gran transformación de Karl Polanyi, quienes estudiaron unos pueblos en los que la economía resulta indistinguible del resto de las instituciones sociales. El libro se centra en analizar qué mecanismos intervienen en la circulación y el intercambio de bienes en ausencia de mercado: el don y sus tres obligaciones, la reciprocidad, la economía moral, las formas institucionales del comercio, del mercado y del dinero o el impacto en diversas sociedades de los cambios de aquellas mercancías que Polanyi había denominado ficticias, es decir, la tierra, el trabajo o el dinero, que en más de un pueblo se representan como la labor de diversos seres diabólicos. Cada una de las cuatro partes del libro se cierra con un capítulo denominado contrapunto, que aborda un tema monográfico específico y cuyo sentido es recordar que el tratamiento sistemático realizado en cada uno de los capítulos precedentes no agota la complejidad de las cuestiones suscitadas.