«Una amiga me regaló un libro por el día de Santiago. En el acto se arrepintió. 'No creo que este libro te convenga, ya desde el título se ve que abunda en tus propios prejuicios'. El libro [...] está escrito por Roger Scruton, uno de los principales pensadores ingleses de hoy. El Profesor Scruton demostraba ser un varón discreto, [...] porque indicaba sin ambages el peligro de la esperanza aislada de las otras dos virtudes teologales. Argumenta a continuación que la esperanza a secas es optimismo y que el optimismo conduce a elaborar utopías y éstas no son sino tiranías implacables».