El ateísmo sagrado constituye una lúcida y muy asequible reflexión en favor de una espiritualidad autónoma e integral, una genuina «espiritualidad laica». Con un estilo claro y riguroso, que no teme enfrentarse a las objeciones más afiladas del clericalismo dogmático o de la filosofía materialista, Feliciano Mayorga analiza en primer lugar las consecuencias que ha tenido y tiene el declive de la religión: el absurdo, el relativismo abúlico y la intrascendencia. A continuación, el autor argumenta cómo, a través de prácticas como el respeto compasivo (propio de las religiones históricas), la meditación (de las religiones de la interioridad) y los rituales (de las religiones cósmicas), hoy podemos seguir encontrando dirección y sentido a la existencia. Sin comprometerse por ello con un credo o imagen excluyente de la divinidad.