Este ensayo estudia los frescos que entre 1338 y 1340 pintara Ambrogio Lorenzetti para la Sala dei Nove del Palazzo Comunale de Siena. La lectura minuciosa de las imágenes de Lorenzetti permite a Skinner localizar la fuente de inspiración del artista en la recepción que en el Duecento y Trecento efectúan de la obra de Cicerón, Séneca, Salustio y otros clásicos de la República romana, los Guillaume Perrault, Giovanni da Viterbo o Brunetto Latini. Esto da pie para demostrar la existencia en el prerrenacimiento de una corriente de pensamiento que tendría en lo cívico el motivo central de su discurso político. El Buen Gobierno de Lorenzetti pasa a ser así la expresión de un ideario político forjado en el autogobierno colectivo de la ciudad, representado por la misteriosa figura central que preside el fresco, y que es el resultado de una concordia entre los ciudadanos capaz de dominar la división interna y de imponer los dictados de una justicia que asegure la integración paritaria en la ciudad. Un mensaje insólito, plasmado como obra de arte por Lorenzetti, en el instante en que en el resto de Europa el mundo feudal empezaba a transformarse hacia formas políticas que presagiaban el absolutismo de los príncipes. Hoy parece llegado el momento de releer a Lorenzetti de la mano de Skinner para preguntarse: ¿el Estado republicano está hecho del mismo fondo que el Estado constitucional? ¿Hay alternativa democrática a la democracia constitucional? ¿Puede el hombre gobernar o estabilizar su destino en la historia, si no es dueño de su suerte política? La edición de esta obra viene precedida de una introducción de Eloy García, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Vigo y traductor al español de El Momento maquiavélico de John Pocock.