Al revés de lo que mucha gente cree, la meditación no es una práctica obligatoriamente estática. De hecho, una de las formas más sencillas de meditar consiste en hacerlo mientras caminamos, acompasando la respiración al suave movimiento de las piernas y los brazos al pasear. Y el monje budista vietnamita Thich Nhat Hanh nos enseña a dar los primeros pasos, disfrutando de cada movimiento respiratorio, del cielo azul y de las vistas y fragantes aromas que hay a lo largo del camino.