Por primera vez una novela se adentra en la vida de Melchor Rodríguez (1893-1972), quien fuera conocido como el ángel rojo por haber salvado miles de vidas de opositores políticos durante la Guerra Civil española. Como Director General de Prisiones, Melchor Rodríguez se opuso, a riesgo de perder su vida, a los asesinatos de presos políticos que tanto Santiago Carrillo como José Cazorla, ambos del PCE, toleraron con el fin de exterminar a la llamada quinta columna. Miles de personas se salvaron de los fusilamientos en Paracuellos del Jarama y en el cementerio de Aravaca gracias a la valentía de el ángel rojo. Personalidades como Raimundo Fernández Cuesta, Agustín Muñoz Grandes, Bobby Deglané, Ramón Serrano Súñer o Rafael Sánchez Mazas así lo testificaron tras terminar la contienda.