La obra versa sobre la naturaleza y valor del procedimiento de autentificación de las pinturas de la cueva de Zubialde (Alava), de las que una mínima parte han sido falsificadas y de las que el resto se halla bajo sospecha de falsificación. Es la primera vez que es abordado este tema en la investigación prehistórica, lo que le permite proponer un modelo de tratamiento de casos similares.