El albinismo no es una enfermedad; se trata de una condición genética poco frecuente. Una persona no sufre o padece albinismo, sino que ?es? una persona con albinismo. Son individuos que han sufrido mutaciones en determinados genes y que normalmente reconocemos por su poca o nula pigmentación en la piel y su pelo blanco, aunque su rasgo más limitante sean sus graves problemas de visión, con una agudeza visual que suele ser inferior al 10%. En algunos países de África, las personas con albinismo sufren acoso, persecuciones, secuestros, mutilaciones y asesinatos; se han extendido creencias mágicas y de brujería en las que se concede buena suerte o buena salud a quienes poseen partes del cuerpo de una persona con estas características. A lo largo de estas páginas Lluís Montoliu desmitifica y explica esta condición genética poco frecuente.