Un grupo de académicos de diversas universidades y nacionalidades comparten inquietudes sobre el papel que reclama la democracia de una ciudadanía que, por definición, debe ser activa y crítica. En las siguientes páginas, el lector podrá revisar los análisis que se han hecho desde diversas disciplinas de las ciencias sociales como el derecho y la ciencia política, con enfoques que van desde los cuestionamientos a las leyes y a las prácticas que hacen a la política posible, y en que la participación de la ciudadanía es fundamental en los procesos democráticos. Todos los trabajos buscan de una u otra manera exaltar la importancia de una ciudadanía activa como esencia de una sociedad democrática. La complacencia es el primer paso a la opresión y el abuso del poder sobre el individuo; la indolencia, el primer síntoma de la sumisión y de la aceptación de una derrota anticipada. Estos son algunos de los retos que debemos vencer para asegurar que la apatía no invada la esfera pública y la diluya en la desesperación. La ciudadanía es activa o no lo es, y ahí es donde radica la importancia de fomentar los valores cívicos, de educar en la democracia, y de hacerlo de tal manera que se traduzca en acciones para una mejor convivencia.