Albert Einstein recibió el Premio Nobel de Física en 1921, pero no fue en virtud de sus trabajos sobre la relatividad. Y es que, como diría Max Born, «Einstein habría sido uno de los físicos más grandes de todos los tiempos aunque no hubiera escrito una sola línea sobre la relatividad». ¿Cuáles son, pues, esas otras aportaciones grandiosas de Einstein a la física ? Este libro quiere precisamente revelarnos este aspecto mal conocido de su obra : la creación de la mecánica estadística y la introducción, durante el primer cuarto de siglo, de conceptos cuánticos fundamentales. Para analizarlo, el profesor Luis Navarro tomó como hilo conductor la evolución del pensamiento de Einstein entre 1902 y 1925 en torno al quantum de luz y estableció una tesis de carácter histórico que, entre otras implicaciones, permite justificar de forma natural el, a primera vista, extraño papel de Einstein en el proceso de formación y desarrollo de la teoría cuántica. De claro artífice y precursor de una buena parte de los conceptos cuánticos que surgieron antes de 1925, pasó a ser el hereje prototipo de la que él mismo calificó como «religión», o «mística», cuántica posterior. Einstein emigró a los Estados Unidos en 1933 al acceder al poder el nacionalsocialismo en Alemania. En un artículo premonitorio (The Times, 28.11.1919) había anticipado que llegaría el día en que de «sabio alemán» pasaría a ser considerado «judío suizo». De hecho, algo parecido ocurriría con la apreciación de sus aportaciones a la teoría cuántica.