En ningún país se vivió como en Francia la guerra de España, tomaran partido por el bando franquista, como Charles Maurras o Robert Brasillach, o por la República, como André Malraux o Albert Camus. En 1940, tras la rápida derrota ante la Alemania nazi, en la zona no ocupada de Francia se impondrá un régimen, como el del mariscal Pétain, muy cercano en sus modos e ideología al del general Franco. Pero muy pronto nacerán los primeros brotes de oposición. La Resistencia surgirá primero mediante gestos, pasando a la palabra escrita (diarios, revistas, folletos y libros clandestinos) y la articulación de un discurso. La organización cada vez mayor desembocará en la lucha armada, donde españoles y franceses combatirán al mismo enemigo. El destino, sin embargo, sería muy diferente. A la liberación de Francia no seguirá el restablecimiento de la democracia en España, pero ello no borraría la fraternidad sellada por una lucha que se entendió como la misma. En una época donde los nacionalismos vuelven a poner en riesgo las libertades en Europa, quizás no esté mal hacer germinar de nuevo las semillas de esta historia