Con ese bagaje dio a la luz, en 1917, la obra que aquí presentamos, y en la que describe sus peripecias por la geografía isleña, dedicando especial atención al grado de aceptación de la religión anglicana en la sociedad insular. El periplo de Barker por Canarias es un testimonio fehaciente sobre la sociedad isleña en el tránsito del siglo XIX al XX, cuando el cosmopolitismo de su elite social, que aspiraba a identificarse con la europea, contrastaba con la sencillez y pobreza del campesinado. Una de las virtudes principales de la visita del misionero anglicano Barker es la de haber dejado constancia de su convivencia con las clases desfavorecidas, al tiempo que se relaciona con los círculos cultos de las Islas.