Elia está muy enfadada, nunca puede jugar en casa porque debajo vive un vecino muy gruñón. Es el señor don Facundo, que se queja siempre dando golpes en el techo con la muleta con la que se ayuda a caminar. «Quizás está demasiado solo», piensa Elia, y se pone manos a la obra para idear un plan y solucionar así el problema de don Facundo.