En un paraje de la provincia de Guadalajara existe una encina que no tiene prisa, vive el momento a cada momento y nunca llega tarde. Observa el continuo caminar de los astros a su alrededor. Nosotros decidimos acompañarla una vez al mes; ser la encina una vez al mes durante un año. Programamos nuestra agenda y fuimos los días escogidos. Una vez allí vimos salir la luna llena por el horizonte, la vimos ascender lentamente como si no lo hubiese hecho nunca antes y nos dejamos iluminar por ella. Doce fotografías del astro fértil, de su luz o de su ausencia. Doce descripciones de ese momento único y emocionante que es el amanecer de la luna llena. Doce instantes en los que el tiempo vive detenido bajo la mirada de la encina.