Existen muchos estudios sobre la dislexia, pero puede decirse que todos ellos se detienen en el síntoma. Faltaba un estudio que se interesara por la dislexia más allá del síntoma, que no se detuviera en la fiebre que tiene el niño, sino que explorara el trastorno de fondo que la produce. Este libro estudia ese trasfondo, analizando cómo las dinámicas relacionales, en los primeros años de vida del niño, contribuyen a la organización de su mente, cómo las estructuras insuficientemente organizadas dan como síntoma el problema disléxico, y, a partir de ahí, cómo se puede organizar mejor su tratamiento, que, al fin y al cabo, es lo más importante. Por su descripción detallada de la evolución de la mente, de la capacidad de aprender y del pensamiento, interesará tanto a psicólogos como a padres, maestros y a cualquier persona preocupada por estos temas.