El cardenal Pierre de Bérulle (1575-1629), alma de la escuela francesa de espiritualidad desde el siglo XVII, vuelve a España después de cuatro siglos de ausencia. Su obra clásica Discursos sobre las grandezas de Jesús discurre entrelazada con los místicos del Norte en particular el divino Ruusbroec y Enrique Herp y los místicos de Castilla, Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Del teocentrismo del Norte pasó Bérulle a ser vivencia fervorosa del cristocentrismo teresiano. El presente libro nos ofrece parte del rico tesoro literario místico, por tanto tempo olvidado en España. Su reconocimiento por Europa lleva ya casi un siglo de difusión, en general gracias a Henri Brémond, Karl Rahner, H. U. von Balthasar, Olegario González de Cardedal y multitud de famosos escritores franceses. Sus escritos han ejercido influencia decisiva en la historia de la espiritualidad en Francia, principalmente por la formación de sacerdotes y religiosos del Oratorio, de la Sociedad de San Sulpicio, de los Eudistas y de los misioneros de San Vicente de Paúl. Todos ellos proceden espiritualmente de él. Pierre de Bérulle es el apóstol del Verbo Encarnado, decía el papa Urbano VIII, su contemporáneo.
El cardenal Pierre de Bérulle (1575-1629), alma de la escuela francesa de espiritualidad desde el siglo XVII, vuelve a España después de cuatro siglos de ausencia. Su obra clásica Discursos sobre las grandezas de Jesús discurre entrelazada con los místicos del Norte en particular el divino Ruusbroec y Enrique Herp y los místicos de Castilla, Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Del teocentrismo del Norte pasó Bérulle a ser vivencia fervorosa del cristocentrismo teresiano. El presente libro nos ofrece parte del rico tesoro literario místico, por tanto tempo olvidado en España. Su reconocimiento por Europa lleva ya casi un siglo de difusión, en general gracias a Henri Brémond, Karl Rahner, H. U. von Balthasar, Olegario González de Cardedal y multitud de famosos escritores franceses. Sus escritos han ejercido influencia decisiva en la historia de la espiritualidad en Francia, principalmente por la formación de sacerdotes y religiosos del Oratorio, de la Sociedad de San Sulpicio, de los Eudistas y de los misioneros de San Vicente de Paúl. Todos ellos proceden espiritualmente de él. Pierre de Bérulle es el apóstol del Verbo Encarnado, decía el papa Urbano VIII, su contemporáneo.