«He pasado el hito de los 80. A veces siento como si hubiera vivido varias vidas. Mi generación ha soportado profundos cambios. Como en caballo desbocado he atravesado épocas muy diversas, cuesta arriba, con precipicios profundos en los laterales. He visto despeñarse a compañeros. Mi columna está dolorida de tanto trote. Pero sigo cabalgando...Mirando mi historia y la de mi entorno me asombra lo mucho que ha pasado ante mí y dentro de mí. Ni yo mismo me creo a veces lo que he vivido. No pretendo redactar una autobiografía, sino una serie de experiencias fraternas de mi vida tal como las siento hoy. Aquel mi primer Vivir como hermanos, nacido hace más de cuarenta y cinco años, se ha ido haciendo realidad, surco a surco, a lo largo de mi vida, viviendo como hermanos en muy diversos terrenos. La fe en el Dios de Jesús ha sido el poderoso motor que ha superado fangos y lomadas. Y sus faros halógenos han iluminado oscuridades y espesas nieblas. Sin Jesús no habría sido posible llegar a estas alturas».