La acción transcurre en el siglo xix, antes de que el vapor iniciara la era de la tecnología y finalizaran los días de los grandes veleros mercantes y los de los carros tirados por caballos. Finaliza también el tráfico de esclavos, aunque no la esclavitud de los negros africanos. España está inmersa en una costosisima guerra, entre la reina regente María Cristina y el pretendiente Carlos, su cuñado. Mendizábal, para financiarla, recauda dinero mediante la expropiación y venta de los bienes no productivos de la Iglesia. Mientras, los masones gobiernan con sus peculiares métodos. En este mundo convulso, dos jóvenes, uno pobre y otro rico, salen al mundo, uno para hacerse un lugar y el otro para aumentar su riqueza. El joven de condición humilde tiene la fortuna de encontrar a un benefactor, un comerciante catalán que intenta aprovecharse de los últimos viajes de lo que fue un gran negocio, el tráfico de esclavos. El joven rico, terrateniente criollo, se da cuenta de que el futuro está en la tecnología y no en la fuerza física de sus esclavos, los cuales sobreviven en Cuba con su cultura ancestral, lengua, magia y antiguas supersticiones africanas. Todos ellos confluirán en un homenaje póstumo a un gran poeta cubano. Finalmente, gran parte del dinero ganado gracias al trabajo y el sufrimiento de los esclavos negros revertirá en magníficas obras sociales en Barcelona.