Esta obra muestra el papel que desempeña la dignidad de la persona en el ordenamiento constitucional español, en particular mediante un análisis exhaustivo y sistemático de la jurisprudencia del Tribunal Constitucional que, en formas y con alcances bien diversos, la ha invocado. Pese a la multitud de sentencias y el énfasis de la doctrina, tal papel resulta en verdad limitado: la dignidad de la persona, que no incorpora por sí misma un derecho fundamental, tampoco consigue elevar los derechos fundamentales a sistema, ni siquiera permite identificar de modo unívoco el sujeto de los mismos. Tal conclusión se refuerza con tres estudios específicos sobre al titularidad de los derechos fundamentales por parte de los embriones, de las personas jurídicas de Derecho público y de los extranjeros. Esta situación contrasta con la relevancia que atribuye el Derecho constitucional alemán a la dignidad humana: mas puede ser comprendida a la luz de las transformaciones del Estado constitucional, que parece haber ido sustituyendo la imagen unitaria del hombre y de su dignidad por una serie de garantías estratégicas de intereses objetivos diferenciados. La exposición de la exigente dogmática alemana, que aún se esfuerza por mantener la fuerza normativa de los clásicos postulados constitucionales, se antepone al análisis del Derecho constitucional español; el libro se cierra con la explicación histórica de esa quiebra de la dignidad en múltiples facetas, a la que el ordenamiento constitucional español parece haberse resignado, renunciando a recomponer un perfil normativo de la imagen del hombre.