Sin lugar a dudas, existe un mercado de "Dietas". Y como en todo mercado, nosdejamos llevar por la publicidad o por lo que nos llega en un momento determinado en que nuestra psicología está receptiva a este tema. Y en salud, no podemos dejarnos llevar por esta lotería. Hay que estar informado y saber, con cierta precisión y profundidad, a qué nos lleva cada dieta. No es lo mismo una dieta terapéutica que una dieta saludable. Una tiene fecha de caducidad y no la otra.Pero esto nos conduce a profundizar en el contenido de cada alimento y en su proceso metabólico en nuestro organismo. Y en este camino, descubrimos que no solo "somos lo que comemos", sino también y especialmente, "lo que absorbemos".Y aquí radica el protagonismo de nuestro intestino. ?Tiene intolerancias alimentarias? ?No las tiene? ?Necesita una suplementación? ?Nuestro metabolismo funciona igual a los treinta que a los sesenta años?Y si no es así, ?qué podemos hacer para frenar al máximo nuestro envejecimiento consiguiendo optimizar nuestro funcionamiento metabólico?Cuando cualquier maquinaria, como la de un coche, está bien reglada, funcionamejor y gasta menos combustible. Pues bien, consideramos la máquina humana eneste sentido. Y para que esté bien reglada, ha de funcionar en homeostasis. Sin nada que chirríe. Sin nada que sobre, ni nada que falte. Y para que ello ocurra, esta máquina humana necesita el combustible adecuado. Y si el alimento que tomamos tiene unas carencias, hay que suplementarlo con oligoelementos. Eslo que nos enseña la Medicina Ortomolecular. ?Por qué esta Medicina va a ser un privilegio de los deportistas de élite? No. Para cada uno de nosotros, no hay mejor élite que uno mismo.