Este libro pretende comprender las contradicciones del capital como conjunto de vectores dinámicos que ordenan las fuerzas primordiales del comportamiento estructural de las sociedades capitalistas en los múltiples aspectos de su organización social, económica y política. Esas contradicciones, que David Harvey clasifica en fundamentales, cambiantes y peligrosas, son las que configuran el presente de nuestras sociedades y las que marcan el horizonte de su transformación, en tanto que las dinámicas del capital son las que rigen los macrocomportamientos de las distintas subestructuras que configuran su reproducción. En su opinión, los movimientos sociales y las fuerzas políticas que luchan por construir un mundo no organizado por la barbarie y la catástrofe solo pueden alcanzar unas condiciones mínimas de eficacia si parten de un diagnóstico certero de cuáles son las fuerzas que conforman el estado actual de las cosas. El análisis opta por la minuciosa reconstrucción de las diecisiete contradicciones que el autor considera esenciales para explicar la reproducción social de las sociedades actuales, para dilucidar sus potenciales tendencias a la crisis y para explorar las vías de acción de los movimientos revolucionarios que dejarán su sello en las próximas décadas y transformarán de raíz el orden social actual. En este sentido únicamente pueden existir movimientos antisistémicos transformadores si estos cuentan y construyen una teoría apropiada de las características sistémicas de la estructura capitalista, que él elabora utilizando toda la panoplia de los constructos marxianos y marxistas que ha trabajado incansablemente durante los últimos cuarenta años con unos resultados deslumbrantes a la hora de renovar la caja de herramientas marxista. Excelente mapa, necesaria hoja de ruta para organizar la lucha de clases en el siglo XXI y la revuelta global, regional y local contra la lógica del capital y las formas de explotación y dominación, que ofrecen al 99 por 100 de la población del planeta un presente de crisis y de desastre social y un futuro de desolación y caos sistémico. Y tal vez para diseñar la superación definitiva del capitalismo.