Con esta edición, que mejora y amplía en algunos puntos la edición original francesa, ofrecemos al lector de habla castellana el diccionario más amplio y documentado que existe hoy sobre los símbolos. Contiene unas 1200 voces y 300 dibujos que se prestan a interpretaciones. Entre éstas se ofrecen aquí las más cercioradas, fundamentales y a la vez sugestivas y evocadoras, es decir las que mejor permiten al lector vivificar la imaginación, impulsar la reflexión y presentir por sí mismo nuevos sentidos. El trabajo de invención personal y la posibilidad de percepción original quedan también facilitados por un juego de numerosas correspondencias entre las reseñas del diccionario, y por referencia a los libros especializados que se ofrecen en la abundante bibliografía. Hojeando las páginas el lector se familiarizará poco a poco con el pensamiento simbólico, irá desvelando esta lógica de los símbolos, que escapa a toda sistematización y admite contradicciones en su dialéctica, pero que sin embargo constituye a decir de G. de Champeaux y S. Sterckx la trama del acontecer subjetivo así como del universo. Cuando a continuación abra el lector libros de arte, cuando visite museos y monumentos, las obras maestras le parecerán situadas en un conjunto de dimensiones hasta entonces inadvertido, y se enriquecerán con un sentido nuevo. Observará que las creaciones de lo consciente, lo inconsciente y lo transconsciente, en su diversidad iconográfica o literaria, se inspiran en iguales modelos y se desarrollan según iguales estructuras. «Cuanto más arcaico y profundo es el símbolo escribe C.G. Jung más llega a ser colectivo y universal». Lévi-Strauss advierte por su parte que «allí mismo donde la mente humana parece más libre de abandonarse a su espontaneidad creadora, allí donde elige las imágenes, las asocia, las opone o encadena, no hay ningún desorden ni fantasía alguna». «Lo simbólico designa según Lacan el orden de fenómenos de que trata el psicoanálisis, en cuanto están constituidos como un lenguaje que estructura la realidad interhumana». También M. Eliade, G. Durand y J. Piaget, entre muchos otros, han subrayado la coherencia y la lógica de los símbolos, detrás de su desafiante presencia enigmática. En este laberinto de mitos y símbolos que constituye la vida en todos sus aspectos, este diccionario puede servir al lector de hilo de Ariadna para guiarlo en los tenebrosos recodos del encierro. Puede ayudarle a soñar sobre los símbolos así como G. Bachelard invitaba a «soñar sobre los sueños, y descubrir en estas constelaciones imaginarias el deseo, el temor, la ambición... que dan a la vida su sentido secreto». La forma abierta y no sistemática del libro es acaso la más adecuada. Numerosos especialistas han aportado contribuciones a esta obra permitiendo así referirse a todas las tradiciones y áreas culturales del mundo: el África negra, la América precolombiana, Eurasia, el Extremo Oriente, el Asia meridional, el Próximo y el Medio Oriente, como también la tradición islámica, la Europa céltica y germánica, la tradición grecorromana, el Egipto antiguo, como también los símbolos judíos y cristianos. Se dan ejemplos de interpretación según las diversas escuelas del análisis psicológico contemporáneo, y se describen también los símbolos astrológicos, que se encuentran en todas las culturas y todos los tiempos, considerando a la vez sus interpretaciones tradicionales y las orientaciones de la nueva escuela astropsicológica. Este diccionario será altamente útil en numerosas disciplinas: la historia de las civilizaciones y religiones, la filología y la lingüística, la antropología cultural, la historia y la crítica del arte, la psicología, la sociología, la filosofía, las ciencias de la información y la comunicación, las artes audiovisuales, las artes plásticas, la arquitectura, la música, la literatura, las artes escénicas y del espectáculo, entre otras. Será por tanto una obra de consulta y una introducción a la simbología.