España necesita una reforma fiscal. Nuestro sistema tributario no está proporcionando suficientes ingresos y ha perdido coherencia interna después de muchos años de producción normativa acelerada y sin visión de conjunto. Además, es poco eficiente, ya que obtenemos menos ingresos tributarios sobre el PIB que la media europea a pesar de aplicar en los principales impuestos tipos nominales superiores a los de los países de nuestro entorno. El abuso de los incentivos fiscales es una de las causas que explican esta aparente paradoja. Por otra parte, gravamos en exceso el factor trabajo y no favorecemos lo suficiente el crecimiento económico y la competitividad. Además, nuestra estructura territorial produce una complejidad innecesaria y que se podría evitar sin afectar a la suficiencia recaudatoria de los distintos niveles de gobierno ni al principio de corresponsabilidad fiscal. A partir de este diagnóstico, se propone una simplificación y racionalización del sistema tributario en su conjunto que permita recuperar su coherencia interna, acomodarlo a las tendencias internacionales, mejorar su eficiencia, favorecer el crecimiento económico y el empleo, modernizar los principales tributos, reforzar la seguridad jurídica, reducir la litigiosidad, y facilitar su aplicación práctica, el cumplimiento voluntario y la lucha contra el fraude.