Es un libro de primeras veces, de personas pioneras que se levantaron contra la normatividad y gritaron que lo corriente es ser diferente. Personas que hoy englobaríamos dentro de etiquetas como gay, lesbiana, bisexual o trans, pero que he decidido recoger en queer por parecerme más reivindicativo y posidentitario. Siempre me han atraído los santos, figuras con una vida torturada que se rebelaron, la mayoría, contra una sociedad adversa en la que ellos eran los raros. Rebeliones que acabaron en los martirios más creativos: quemados vivos, crucificados boca abajo, hervidos en aceite o decapitados. Los santos eran queer, y los queer, ahora, son santos.