Gracias al desarrollo alcanzado por la aviación, esta actividad se ha convertido hoy día en un modo de transporte de masas, donde la seguridad ha sido un objetivo constante y prioritario de toda la comunidad aeronáutica. Esta preocupación ha conseguido que este medio de transporte sea el más seguro en la actualidad y haya sido utilizado el pasado año, según datos del Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI) por casi 5.000 millones de pasajeros en todo el mundo, con un índice de siniestralidad mínimo. Sin embargo, desgraciadamente, la aviación se convierte en titulares de medios de comunicación y por tanto en noticia, cuando se produce algún siniestro. Viene por tanto muy a propósito la publicación de este libro que nos descubre toda una serie de aspectos bastante desconocidos sobre la investigación de los accidentes aéreos. Sus autoras forman parte de la CIAIAC (Comisión de Investigación de Accidentes de Aviación Civil) y por tanto conocen muy de cerca todas las tareas, tecnologías y medios que se ponen en marcha cada vez que alguno de estos accidentes se produce y, tal como insisten en el libro, siempre con el objetivo prioritario de obtener datos y conclusiones que puedan aplicarse y constituyan una lección importante para prevenir otros siniestros. Para ello, a lo largo de los diversos capítulos y con un estilo didáctico y ameno van analizando, tanto la normativa, las etapas de la investigación o la labor de los profesionales implicados en los diversos procesos. El libro concluye con una relación de varios accidentes considerados decisivos en la historia de la aviación, porque algunos de sus aspectos supusieron un antes o un después en esa búsqueda constante de la seguridad aérea que finalmente constituye el objetivo de toda investigación de accidentes.