Ya no somos nada sin internet. Estamos enganchados al teléfono móvil todo el día consultando páginas y actualizando redes sociales, pero, ¿y si alguien nos vigila desde la red? ¿Y si accedemos, de modo accidental, a un espacio que puede despertar algo que sería mejor que permaneciera entre los bits en los que ha sido encerrado? Traficantes de cadáveres, caníbales, páginas malditas, vídeos que muestran fantasmas y ovnis, hombres del saco modernizados y toda una retahíla de monstruos y misterios que habitan en un mundo virtual tan grande como el nuestro, y que alcanza a éste. ¿Me acompañas para descubrir las raíces del infierno por los entresijos de la temida Deep Web?