El cambio social ha transformado profundamente el trabajo docente, su imagen y también la valoración que la sociedad hace de esta tarea. Se espera de los docentes que asuman nuevas responsabilidades y exigencias junto a una progresiva delegación de responsabilidades educativas por parte de otros actores sociales como la familia. A esto se suma la aparición en las últimas décadas de medios de comunicación, propios de la sociedad del conocimiento, que han forzado al docente a cambiar su papel en sociedades que son crecientemente multiculturales, y en muchos casos multilingües. Las transformaciones sociales operan también sobre el contexto del aula, obligando a una revisión en profundidad de muchos contenidos curriculares. Este libro se centra en un aspecto fundamental a la hora de entender la profesión docente: los procesos mediante los cuales los profesores aprenden a enseñar y desarrollan y mejoran su repertorio de competencias profesionales. El desarrollo profesional docente y el análisis de los procesos de ?aprender a enseñar? ha sido una constante en la preocupación de los investigadores educativos en las últimas décadas. A partir de estas amplias revisiones, la obra intentar dar respuesta a una pregunta clave: ¿cómo se aprende a enseñar? A través de las experiencias analizadas en este libro, tanto en los países de la OCDE como en América Latina, y a pesar de la gran heterogeneidad de contextos, se pueden identificar una serie de factores que actúan positivamente en el desarrollo profesional docente. Las políticas educativas de cada país deben encontrar los objetivos y orientaciones adecuados a sus propias circunstancias; porque es imprescindible que los sistemas educativos sean capaces de atraer a los mejores candidatos para convertirse en docentes. Necesitamos buenas políticas para que el desarrollo profesional docente asegure las competencias que maestros y profesores van a requerir a lo largo de su extensa trayectoria profesional. La sociedad necesita buenos maestros y profesores, cuya práctica profesional responda a estándares profesionales de calidad, y que cumplan antes que nada con un compromiso básico: el de respetar el derecho de los estudiantes a aprender.