En el libro se explica de manera clara y concisa, y siempre en clave histórica, todo el proceso de formación de un ordenamiento jurídico. Y es que hace más de 2000 años Roma descubrió para la humanidad una cultura jurídica común que se expresa en una lengua universal y que sirve a la justicia material. Es el arte de lo bueno y de lo justo. Y hoy Europa precisa de este modelo en la construcción de una realidad jurídica plurinacional. Y no solo Europa, también en Latinoamérica y en no pocos países asiáticos como Japón y China, emerge con fuerza el casuismo jurídico romano. El libro es un ensayo histórico que da buena cuenta de la excelencia intelectual de la jurisprudencia romana en la resolución de conflictos, y además enseña las singulares habilidades de los juristas en la realización de la justicia en cada una de sus obras de arte, un arte innovador que da tutela judicial efectiva a los ciudadanos. El formato del libro es francamente original: en el encabezamiento de capítulos y epígrafes aparecen uno o varios textos que sirven a la explicación teórica de la materia abordada, y también a la exégesis de los mismos para las clases prácticas. Y como docencia e investigación deben recorrer caminos paralelos con muchos puntos de encuentro, la autora ha vertido en el libro las principales conclusiones a las que ha llegado en sus publicaciones científicas sobre materias claves del ordenamiento jurídico. Y además como filóloga ha escrito la historia retrospectiva de las palabras que hoy usamos todos los juristas. En esta segunda edición se incluyen tres relatos cortos a modo de Epílogo, en los que la autora narra en el escenario social jurídico de la República historias de ayer y de hoy. Amelia Castresana es catedrática de Derecho romano de la Universidad de Salamanca.